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Causas de la revolución de 1848
El contenido de estas páginas no está redactado de forma simplista, pero se espera que los que duren el curso tengan una buena visión de cómo eminentes historiadores han llegado a considerar estos tiempos como un “punto de inflexión en el que la historia moderna no giró”.
Se prestará especial atención a Francia -como dijo el influyente ministro austriaco Príncipe Metternich, que trató de fomentar el restablecimiento del “orden” tras la agitación revolucionaria francesa y napoleónica de 1789-1815-: “Cuando Francia estornuda, Europa se resfría”.
En 1848 se produjo un movimiento a favor de un parlamento único (Ducados, Principados y Ciudades Libres) y muchos aspirantes a “naciones” centroeuropeas intentaron promover una existencia diferenciada para su “nacionalidad”.
Algunos casos de extremismo social y político permiten que elementos liberales previamente pro-reforma se unan a elementos conservadores para apoyar el retorno de la autoridad tradicional. Algunas nacionalidades que vivían dentro del Imperio de los Habsburgo, como los checos, croatas, eslovacos, serbios y rumanos,
Resumen de la revolución alemana de 1848
Alemania – Australia – Bélgica – Brasil – Bulgaria – Canadá – Dinamarca – España – Estados Unidos – Filipinas – Francia – México – Nueva Zelanda – Noruega – Portugal – Reino Unido – Rusia – Sudáfrica – Suecia – Venezuela
1848 (MDCCCXLVIII) fue un año bisiesto que comenzó el sábado del calendario gregoriano y un año bisiesto que comenzó el jueves del calendario juliano, el 1848º año de las denominaciones Era Común (EC) y Anno Domini (AD), el 848º año del 2º milenio, el 48º año del siglo XIX y el 9º año de la década de 1840. A partir de 1848, el calendario gregoriano se adelantó en 12 días al calendario juliano, que se mantuvo en uso localizado hasta 1923. Año civil
1848 es históricamente famoso por la ola de revoluciones, una serie de luchas generalizadas por gobiernos más liberales, que estallaron desde Brasil hasta Hungría; aunque la mayoría fracasaron en sus objetivos inmediatos, alteraron significativamente el panorama político y filosófico y tuvieron importantes ramificaciones durante el resto del siglo.
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Desde principios de la década de 1840, las crisis económicas, la pobreza masiva y el descontento político generalizado desestabilizaron el orden social y político de numerosos países europeos, culminando en una ola de revoluciones que recorrió toda Europa en 1848. También en Alemania se reclaman en reuniones y manifestaciones públicas los derechos y libertades fundamentales y la unificación nacional. Sacudidas por el ímpetu revolucionario, las fuerzas de la Restauración acabaron cediendo e hicieron importantes concesiones al movimiento, que contaba con el apoyo de amplios sectores de la población: se levantó la censura, se permitieron las actividades políticas y se nombraron gobiernos favorables a las reformas. Los gobernantes de los distintos estados alemanes también consintieron en la convocatoria de una Asamblea Nacional, que debía allanar el camino para la creación de un Estado nacional alemán.
A finales de marzo de 1848, el Vorparlament o parlamento preliminar, compuesto por los miembros de las asambleas estatales y los principales representantes de la oposición liberal y democrática, decidió que los miembros de la Asamblea Nacional Alemana fueran elegidos por varones adultos “independientes” en unas elecciones generales basadas en el principio de un hombre, un voto. El desarrollo de las elecciones es responsabilidad de cada estado y varía mucho de un estado a otro. El número reglamentario de miembros de la asamblea en la iglesia de San Pablo debía ser de 649, pero debido a los boicots electorales sólo hubo 587 miembros regulares. Incluyendo a todos los que sustituyeron o reemplazaron a los miembros originales hasta la disolución final del parlamento de Stuttgart, un total de 809 miembros participaron en los procedimientos del primer parlamento nacional de Alemania.
¿Por qué fracasó la revolución de 1848?
Con la derrota de su ejército y la caída de la capital, Ciudad de México, en septiembre de 1847 el gobierno mexicano se rindió a Estados Unidos y entró en negociaciones para poner fin a la guerra. Las conversaciones de paz fueron negociadas por Nicholas Trist, secretario jefe del Departamento de Estado, que había acompañado al general Winfield Scott como diplomático y representante del presidente Polk. Trist y el General Scott, después de dos intentos previos infructuosos de negociar un tratado con Santa Anna, determinaron que la única manera de tratar con México era como un enemigo conquistado. Nicholas Trist negoció con una comisión especial que representaba al gobierno derrumbado, dirigida por Don Bernardo Couto, Don Miguel Atristain y Don Luis Gonzaga Cuevas de México.
El presidente Polk había llamado a Trist bajo la creencia de que las negociaciones se llevarían a cabo con una delegación mexicana en Washington. En las seis semanas que tardó en entregar el mensaje de Polk, Trist había recibido la noticia de que el gobierno mexicano había nombrado su comisión especial para negociar. En contra de la decisión del presidente, Trist determinó que Washington no entendía la situación en México y negoció el tratado de paz desafiando al presidente. En una carta del 4 de diciembre de 1847 a su esposa, escribió: “Sabiendo que es la última oportunidad e impresionado por las terribles consecuencias para nuestro país que no pueden dejar de acompañar la pérdida de esa oportunidad, decidí hoy al mediodía intentar hacer un tratado; la decisión es totalmente mía”.